Voces de fe en apoyo de mantener iglesias no partidistas
Hemos entregado una carta al Congreso de 4,000 líderes religiosos que representan una amplia variedad de religiones y denominaciones en los 50 estados. Todavía puede firmar antes de nuestra próxima entrega.
Nuestra Carta al Congreso:
Como líder en mi comunidad religiosa, me opongo firmemente a cualquier esfuerzo para derogar o debilitar la ley actual que protege las casas de culto de convertirse en centros de política partidista. Cambiar la ley amenazaría la integridad e independencia de las casas de culto. No debemos permitir que nuestros espacios sagrados se transformen en espacios utilizados para respaldar u oponerse a candidatos políticos.
Los líderes de la fe son llamados a hablar verdad al poder, y no podemos hacerlo si somos meros engranajes en máquinas políticas partidistas. El papel profético de las comunidades de fe requiere que retengamos nuestra voz independiente. La ley actual respeta esta independencia y alcanza el equilibrio adecuado: las casas de culto que disfrutan del estatus favorecido de estar exentas de impuestos pueden participar en abogar a favor de asuntos morales y políticos, pero no pueden decir a la gente por quién votar —ya sea a favor o en contra. Sin embargo, nada en la ley actual me prohíbe aprobar o oponerme a candidatos políticos en mi capacidad personal.
Cambiar la ley para derogar o debilitar el "Johnson Amendment” (“Enmienda Johnson") —la sección del código tributario que impide que las organizaciones sin fines de lucro exentas de impuestos respalden o se opongan a los candidatos— perjudicaría a las casas de culto que no están identificadas o divididas por líneas partidistas. Particularmente en el clima político de hoy, participar en la política partidista y emitir endosos sería altamente divisivo y tendrá un impacto perjudicial en la unidad congregacional y en el discurso civil.
Por lo tanto, les exhorto a que se opongan a cualquier derogación o debilitamiento de la Enmienda Johnson, protegiendo así la independencia e integridad de las casas de culto y otras organizaciones religiosas en el sector caritativo.
Respetuosamente,